Niño con miedo a los gérmenes: ¿Cómo lidiar con este problema?

Niño con miedo a los gérmenes
Ahora que estamos saliendo de esas burbujas, es comprensible que la ansiedad acompañe este proceso.

Todos deberíamos sentirnos aliviados con las vacunas, la disminución de las tasas de COVID y los signos de vuelta a la normalidad. Pero debemos ser conscientes de que personas de todas las edades pueden sentir ansiedad por este progreso.

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Bajo los confinamientos, permanecer en nuestras burbujas nos daba una sensación de seguridad. Ahora que estamos saliendo de esas burbujas, es comprensible que la ansiedad acompañe este proceso.

Los niños son especialmente sensibles a estos cambios. He escuchado de pequeños aterrados de volver a jugar en un parque, de ir a una fiesta de cumpleaños o de tener que compartir espacios públicos con extraños, incluyendo playas, piscinas y parques.

¿Germofobia, misofobia o verminofobia?

La palabra germofobia es de uso bastante común, pero no está aceptada por Real Academia Española de la lengua. En español los términos más cercanos en significado son la misofobia (miedo a la suciedad) y la verminofobia (miedo a los gérmenes).

En general el miedo a los gérmenes suele estar relacionado con trastornos obsesivo-compulsivos de limpieza. Esto es exactamente lo que llevamos casi año y medio haciendo en nuestras casas. Así, un niño con miedo a los gérmenes no debería ser algo que sorprenda a nadie en este punto.

Este miedo se refleja como ansiedad, que es una respuesta natural del cerebro que nos prepara para huir o pelear. Pero, ¿qué ocurre si no es una amenaza de la que podamos huir o con la que podamos pelear? A los gérmenes ni siquiera los podemos ver.

La pandemia supuso una amenaza real para nuestra seguridad, pero de forma abstracta, ya que no podemos ver el coronavirus.

Sin embargo, esta invisibilidad crea más ansiedad, ya que entonces pensamos: “esto puede estar en cualquier lugar y en cualquier momento”. Por lo que buscamos sentirnos seguros mientras vivimos la vida y la celebramos, pero sin poder ver al “enemigo”.

Ayudarlos a enfrentar el miedo a los gérmenes

Ayudarlos a enfrentar el miedo a los gérmenes
Para ayudar a un niño con miedo a los gérmenes puedes trabajar con tu hijo para que desarrolle sus habilidades para enfrentar su miedo.

Los comportamientos de higiene que hemos enseñado a nuestros pequeños tienen sentido como una adaptación a la situación, pero ahora se ha convertido en un problema.

Este intenso enfoque en los gérmenes y en el riesgo de enfermar gravemente no le está ayudando a mantenerse a salvo, sino que le está causando a ellos (y a ti) una angustia que parece estar interfiriendo en su vida.

Para ayudar a un niño con miedo a los gérmenes puedes trabajar con tu hijo para que desarrolle sus habilidades para enfrentarse a su miedo a los gérmenes.

Enseñarles estrategias de relajación

Lo primero y más importante es que continúe con sus actividades diarias habituales, incluyendo aquellas que le causan ansiedad. Pero puedes empezar a enseñarle dos tipos de estrategias de manejar la ansiedad que siente por los gérmenes y por enfermar.

Estas son la relajación y el trabajo con sus pensamientos. Enséñale a respirar profundamente, lo que ayuda a ralentizar su corazón y su respiración, que son respuestas comunes antes la ansiedad.

Incluso puedes iniciar una práctica diaria de meditación, que puede ayudarle a sentir más control sobre sus pensamientos y sensaciones corporales.

Hechos racionales para enfrentar pensamientos irracionales

Puedes ayudar a tu hijo enseñándoles a desafiar sus pensamientos sobre los gérmenes y las enfermedades. Yo les explico a los niños que el «cerebro ansioso» intenta engañarlos con pensamientos que no son ciertos, pero ellos pueden utilizar su «cerebro racional» para responder a estos pensamientos.

Así, si el cerebro ansioso de tu hijo le dice que «ir a ese cumpleaños me pondrá tan enfermo que acabaré en el hospital», su cerebro racional (con un poco de entrenamiento por su parte) puede tranquilizarle con los hechos: «miles de niños van a fiestas y no acaban en el hospital».

Una vez que tenga algo de práctica con las estrategias de relajación y los pensamientos desafiantes, puedes trabajar en las conductas que se interponen, como por ejemplo el lavado compulsivo de las manos.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Aunque sus comportamientos ansiosos comenzaron después de la pandemia, es posible que tenga otros factores de riesgo para desarrollar ansiedad.

La pandemia ha creado la tormenta perfecta para que muchos niños experimenten diversos grados de ansiedad. Como padre, puede ser difícil saber cuándo estos síntomas pueden ser una respuesta pasajera al estrés y cuándo se han convertido en algo más serio.

Si trabajas durante un tiempo estas técnicas con un niño con miedo a los gérmenes, y parece que su ansiedad no cambia (o se intensifica) es probable que se beneficie de ver a un especialista en ansiedad infantil.

Aunque sus comportamientos ansiosos comenzaron después de la pandemia, es posible que tenga otros factores de riesgo para desarrollar ansiedad y que la pandemia se haya convertido en el punto de inflexión.

Un profesional puede evaluar exhaustivamente a su hijo para determinar si estos síntomas de ansiedad pueden ser parte de una condición más seria que requiere tratamiento.

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