Niños que lloran mucho: Cómo aprender a tratar con ellos

Niños que lloran mucho
Los niños que lloran mucho o son muy sensibles tienden a ser más compasivos, gentiles y creativos, según algunos expertos

Desde que nació mi niña ha llorado un poco más de lo que esperaba, pero nada me preparó para un incidente durante su primer año de preescolar. Al parecer ella estaba comiendo un sándwich y dejó un trozo sobre la mesa. La niña de al lado lo tomó y se lo comió.

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Su maestra me cuenta que lloró por casi media hora. Entonces me di cuenta de que algunos niños, como mi pequeña, son mucho más sensibles que otros cuando el mundo no se ajusta exactamente a sus expectativas.

Sin embargo, hay un lado positivo. Los niños que lloran mucho o son muy sensibles tienden a ser más compasivos, gentiles y creativos, según algunos expertos. Sólo necesitan un poco de orientación para ayudarlos a manejar sus emociones.

Niños muy sensibles desde el nacimiento

Los niños de corta edad a menudo no pueden expresar completamente sus sentimientos con palabras, así que eventualmente las lágrimas están destinadas a aparecer. Pero si tu hijo parece llorar más de lo normal, incluso por cosas menores, puede que esté genéticamente predispuesto.

Estudios realizados en la Universidad de Harvard evaluaron a bebés recién nacidos mientras crecían. Entre los bebés que eran más sensibles al ruido y a los desconocidos el 10% conservaba esa sensibilidad al crecer.

Algunos niños aún no han desarrollado ese freno interno. Cuando se molestan por algo, todas sus emociones salen a la superficie y se les llenan de lágrimas.

Los niños que lloran mucho pueden ser un asunto frustrante para los padres, pero es también algo que debe ser apreciado. Se ha demostrado que están muy sintonizados para empatizar con otras personas, lo que los hace amigos invaluables.

¿Cómo deben reaccionar los padres?

¿Cómo deben reaccionar los padres?
Los niños que lloran mucho y tienen una gran sensibilidad son muy buenos para leer las emociones de sus padres

Imagina que estás en una fiesta de cumpleaños en la que todos los niños están comiendo felices sus cupcakes. Pero notas que tu hijo está llorando porque no le gustó el color de la que le tocó. La primera reacción de la mayoría de los padres es tratar de complacerlo y buscar el color que quiere.

Sin embargo, si te precipitas a arreglarlo por él o ella, perderán la confianza en su capacidad para resolver sus propios problemas. También debes resistirte al impulso de decirle que deje de llorar, lo que probablemente sólo provocará más lágrimas.

Los niños que lloran mucho y tienen una gran sensibilidad son muy buenos para leer las emociones de sus padres. Si te pones tenso le envías el mensaje de que el asunto realmente tiene una gran importancia, modelando el mismo comportamiento que estás tratando de cambiar.

Una forma de ayudarlo es sostenerle la mirada y pedirle que respire profundamente, espirando por la boca.

Utilizando la distracción

Distraer a los niños que lloran mucho guiándolos a otra actividad es también una herramienta poderosa. Se puede entrenar a los niños para que realicen una rutina cuando sientan que las lágrimas van a salir. Por ejemplo, mi niña cuenta hasta 10 lentamente mientras respira.

Es simple, pero funcionó, además le enseñé que cuando estuviera llegando cerca del final, de seguro empezaría a sonreír. ¡Y así pasaba! Funciona aún mejor en niños pequeños, porque la concentración necesaria para contar correctamente los distrae de la fuente de su frustración.

A continuación, debes convencer a tu hijo de que te diga exactamente qué lo hizo infeliz, para ver si existe algo que se pueda hacer para remediarlo. Si no tiene ideas sobre cómo resolver el asunto, recuérdale cosas que sepas que le hacen sentir bien.

Con un poco de práctica, pronto empezará a encontrar sus propias soluciones, sin que un adulto se lo pida.

Razones para un llanto fácil

Razones para un llanto fácil
Consultar con el pediatra no hará ningún daño

Incluso los niños que no suelen llorar pueden pasar por períodos sensibles en lo emocional. Cambios recientes como mudanzas, o un nuevo hermanito, pueden hacerles sentir ansiedad y finalmente perder el autocontrol.

Muchas veces también es una señal de malos hábitos, como comida inadecuada o sueño insuficiente. En la edad preescolar estos factores pueden hacer que un niño esté más irritable de lo normal.

Consultar con el pediatra no hará ningún daño. Cualquier cosa, desde una infección de oído crónica no detectada hasta un ligero retraso en el habla, puede hacer que un niño llore fácilmente.

Aunque es posible que no pueda reconfigurar la personalidad sensible de su hijo, con el tiempo adquirirá la madurez necesaria para controlar sus emociones y ser más resistente a las frustraciones diarias.

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