
Muchos niños sueñan con comer un gran tazón de helado antes de ir a dormir, pero la mayoría sabemos que no es algo recomendable. En cambio, darle un tentempié o bocadillo saludable puede hacer mucho para lograr que tu pequeño duerma tranquilo.
Mientras los niños duermen, sus huesos están creciendo y su cerebro está procesando todo lo que aprendió durante el día. Los alimentos nutritivos ayudan a fomentar los buenos patrones de sueño y por tanto ayudan a tu pequeño a crecer.
La leche tibia antes de dormir
El viejo consejo de tomar un vaso de leche tibia antes de dormir puede ser cierto. La leche contiene triptófano, que según los estudios puede aumentar la serotonina, la sustancia química calmante que induce a la somnolencia.
Pero para convertir la leche en un mejor bocadillo antes de dormir es mejor combinarla con una galleta integral o un tazón de cereal. También puedes optar por una rebanada de queso con algunas galletas o yogur con frutas en trozos.
El bocadillo no es un postre

Ten en cuenta que este bocadillo antes de dormir no debe ser un postre; pues todas las golosinas deberían ofrecerse, como mucho, justo después de la cena. Considera también el horario y sirve los bocadillos una hora antes de la hora habitual de acostarse de tu hijo.
Esto le da tiempo para digerir y evita que utilice el hambre antes de acostarse como una táctica de evasión. Pero si pierde esa ventana, hazle saber que es demasiado tarde y que tendrá que esperar hasta la mañana para comer algo.
No debería ser una alternativa a la cena.
Algunos niños pueden usar el bocadillo antes de dormir como una alternativa a una cena que no les entusiasma.
Si la cena no es algo que les gusta (o incluso una nueva comida) saben que tendrán yogur o galletas en una hora, así que, ¿por qué molestarse? Esto hará que su hijo parezca exigente en la mesa y le volverá loco.
En cambio, asegúrate de que siempre hay alimentos en la mesa que le gusten a tu hijo. Así, si no le gusta el plato principal, puede tomar una porción de algo saludable y que sea de su agrado.
Además, asegúrate de servir “comida de verdad” a la hora de la merienda (como frutas, verduras y granos enteros) con mayor frecuencia que “alimentos divertidos” (como barras de granola y golosinas).
Otra técnica a considerar consiste en guardar su cena, y ofrecérsela si está hambriento antes de dormir. No lo enfoque como un castigo, pues es algo lógico que, cuando esté más hambriento, acepte comer lo que antes rechazó.
Evite los alimentos altos en azúcar

Ya hemos hablado antes del efecto del azúcar en los niños. Las dietas de los pequeños ya están tan cargadas de azúcar añadido, que un tentempié azucarado puede ser un incentivo para que su hijo se salte la cena.
En cambio, es preferible mirar lo que no está comiendo. ¿Se saltó la fruta en el almuerzo? Ofrézcale una banana. ¿Dejó de comer verduras en la cena? Ofrézcale zanahorias bebé o papas horneadas.
No debería ser una táctica dilatoria
Algunos niños puede que ni siquiera tengan hambre suficiente para un bocadillo antes de dormir, pero realmente les gustaría otro rato sin tener que prepararse para ir a la cama. Así que mira el horario de comida de tu hijo y si una merienda a la hora de dormir está justificada.
Si la cena es a las 6pm y la hora de acostarse a las 7pm, un bocadillo probablemente no tiene sentido. Y si decides hacer una merienda a la hora de dormir, planéala para que no interfiera con el proceso de acostarse.
Dale siempre una opción a tu hijo para que no decida comer cuando no tenga hambre. Por ejemplo, una merienda o un cuento extra.