
Organizar un buffet de Primera Comunión requiere mucha atención y hay que estar preparado para todo. Esto es especialmente cierto si, como es costumbre, el convite se celebrará en casa y con la presencia de la familia y los amigos.
Una de las ventajas de los buffet es que resuelve el problema de los comensales quisquillosos al permitir que cada uno elija sus propios alimentos. Esto puede llegar a ser algo muy importante si existe un gran número de niños entre los invitados
Las dudas que puede surgir en todo organizador van desde las cantidades de comida necesarias, hasta el tipo de platos que hay que servir. En este artículo te sugerimos algunas ideas para asombrar a tus invitados y sobre todo para que no te pillen desprevenido.
El número de invitados

En primer lugar, para organizar con éxito un buffet de Primera Comunión es necesario saber el número de invitados lo antes posible. Esto te ayudará a organizar la logística, elegir los platillos y a determinar el número y disposición de las mesas y sillas.
Dependiendo del clima y el espacio disponible en este punto tomarás la decisión de hacerlo en un espacio dentro de casa, o si será mejor hacerlo en el jardín o en cualquier otro espacio exterior que esté disponible.
Luego de saber el número de invitados debes concentrarte en el menú. Si hay muchos invitados, es mejor pensar en un buffet de Primera Comunión basado en platos fríos y rápidos.
Esto incluye platillos que no requieren mucha atención antes de servir, como aperitivos con fiambres y quesos, pasta fría, ensaladas, pasteles salados, muchas guarniciones y, ciertamente, mucha comida para picar.
De esta manera puedes ahorrarte el gran problema logístico de mantener calientes los platillos mientras los invitados se van sirviendo de ellos.
Decoraciones y pequeños detalles
En la organización del buffet de Primera Comunión no todo se trata de la comida, hay muchas cosas que será necesario comprar, alquilar u obtener en préstamo. Un buen organizador no puede dejar cosas al azar, especialmente los detalles vitales.
Entre las cosas en las que hay que pensar con anticipación está todo lo necesario para vestir las mesas y servir la comida. Por ejemplo, los manteles (piensa en un color único para todo), las decoraciones, las servilletas y los vasos. Intenta que todas estas cosas sean armoniosas tanto en color como en apariencia.
No te preocupes sólo por los colores, sino también por las cantidades, porque los vasos, platos y servilletas deben estar siempre disponibles para tus invitados. Toma en cuenta que debes tener algunos extras, porque siempre existirán derrames e imprevistos.
Debe haber un postre adecuado para la ocasión. Por ejemplo, además de la tarta, también puedes preparar una bandeja de dulces. También puedes usar mucha fruta para decorar, y así traer un poco de primavera a la mesa.
Piensa en la comodidad de los invitados

Los cubiertos y todo lo necesario para comer debería estar disponible en las mesas. Uno de los errores más comunes en un buffet de Primera Comunión ocurre cuando el anfitrión no piensa en cuán incómodo será para los invitados sostener muchas cosas con las manos. Cuantas menos cosas haya que equilibrar, mejor.
Debes pensar también en las bebidas. Dependiendo del tipo de bebidas que sirvas, puedes montar un pequeño bar para que los invitados puedan prepararse cómodamente lo que prefieran, o puedes tener a alguien que los asista.
A partir de estos simples consejos habrán comprendido que no es nada fácil organizar un buffet de Primera Comunión, especialmente en casa. Se necesita mucho tiempo para dedicarse a la organización y no decepcionar a los invitados.
Al final del camino deseamos que logres hacer un buffet lleno de platos deliciosos, adecuado para todos los paladares y que todos estén felices y satisfechos al final del día.