El nacimiento de un nuevo bebé, siempre ha sido un suceso de gran relevancia indistintamente en la época en la que haya sucedido. Y es que ¿cómo no lo va a ser? Si todas hemos experimentado esa ternura infinita cuando un recién nacido – sea nuestro o no – está entre nuestros brazos. Por eso, es más que un buen motivo para celebrar la llegada de esta personita a nuestra vida.
La celebración del “baby shower” como hoy día la conocemos es una fiesta relativamente nueva, pero las ceremonias y rituales asociados con el embarazo y el parto son antiguos y sus orígenes se remontan a tiempos ancestrales, y han ido variando a lo largo de diversas épocas, pero siempre manteniendo su esencia: ofrecerle a la futura madre la oportunidad de conocer y experimentar la sabiduría de mujeres más maduras, quienes brindarán herramientas y consejos para cuidar a su recién nacido, además de regalos de bienvenida.

Antiguo Egipto
Como en muchas culturas antiguas, el embarazo y nacimiento eran esencialmente eventos centrados en la mujer, y por lo general las celebraciones eran hechas posterior al nacimiento, ya que la madre y el hijo eran aislados por 14 días para disminuir las posibles contaminaciones que pudieran afectarlos. Hay que recordar que la tasa de mortalidad natal para aquella época era alta.
Para la época no quedaba clara cuál era la naturaleza de estos rituales, sin embargo por las características de esta cultura se cree, que estaban matizadas por un aspecto religioso importante, que incluiría la visita a templos o santuarios locales, y la disposición como ofrenda del cordón umbilical y la placenta.
Cultura Griega
En la antigua Grecia, la celebración de nacimiento se daba por varios rituales, iniciados por la entonación del “Oloye” (sonido parecido a un grito estridente) el cual daba la señal de que el parto había concluido y regresaba la paz al recinto donde la madre se encontraba dando a luz rodeada de otras mujeres. Al quinto o séptimo día del nacimiento se recibía al niño con ceremonia llamada Amphidromia en la que el padre se paseaba por el hogar varias veces, y al décimo día se realizaba una gran fiesta para la madre, donde era atendida por sus parientes cercanos y amigos, marcando así su reinserción en la sociedad. Lo más particular es que los regalos eran ofrendas hechas a la diosa del nacimiento Eileithyia.
Renacimiento y la Era Victoriana
No fue sino hasta el renacimiento, que se inició la costumbre de obsequiar una amplia gama de objetos a la madre, que alentaban la maternidad. En esta época era común que se regalasen bandejas de maternidad, hechas de madera y que contenían alimentos y frutas para la madre, además tenían inscritas frases con deseos de buena salud y parto exitoso.
Avanzamos en el tiempo y llegamos a la era Victoriana, donde el embarazo a diferencia de otras épocas era mantenido en secreto debido a los convencionalismos sociales y códigos de conducta impuestos, por lo que se acostumbraba que después del parto las mujeres se reunieran en una fiesta del té con la nueva madre para ofrecerle regalos que típicamente eran hechos a mano.
Es en esta época victoriana, que los juegos que hoy día se hacen en las típicas fiestas de baby shower tienen sus orígenes, ya que las actividades lúdicas tenían el fin de adivinar el sexo del bebé que estaría por nacer.
Sin importar de qué época hablemos, el nacimiento ha sido un acontecimiento relevante y que nunca ha pasado desapercibido. Enhorabuena por el nuevo integrante de la familia y la orgullosa madre.