
Así que has decidido dejar que tu hijo extienda sus alas. ¡Bien por tí! Es un gran paso para ambos. Pero saber cuándo dejar a tus hijos solos en una fiesta de cumpleaños u otra celebración no siempre es blanco o negro. Puede ser aterrador para unos padres, y estresante para otros.
Aunque cada situación y cada niño es diferente, hay algunos consejos que puedes seguir para saber si ya está listo para dar este paso. Este artículo puede interpretarse como una serie de normas de etiqueta para dejar a tus hijos solos en una fiesta.
La pregunta más importante
Pregúntate lo siguiente: «¿Qué querrías que hicieran los demás padres si esta fuera la fiesta de mi hijo?» Si no te ves capaz de manejar un grupo de niños salvajes por tu cuenta, tampoco esperes que otro padre lo haga.
Los niños pequeños probablemente no deben ser dejados sin la atención de los padres en las fiestas hasta que sean un poco más grandes.
Por lo general, una regla general es que los niños menores de 5 años deben ser acompañados por sus padres. Una excepción a esto podría ser si la fiesta se celebra en un lugar que ofrezca una supervisión adicional, pero asegúrate de aclararlo.
Sobre la madurez de los niños

Algunos niños maduran más rápido que otros, y esto puede tener una influencia clara en la decisión de dejar a tus hijos solos en una fiesta. Mientras que algunos padres pueden no sentirse cómodos hasta los 8 o 9 años, algunos niños están listos a los 5.
Averigua las áreas débiles en la personalidad y comportamiento de tu hijo y determina si estas afectarán la capacidad de manejarse por sí mismos. Antes de irte, muéstrale a tu hijo con quién hablar si necesita ayuda. Además, asegúrate de que sepa dónde están los baños.
Quédate hasta que tu hijo parezca estar más cómodo con su entorno. Si no haces estas cosas antes de irte, crearás mucho más trabajo innecesario para los otros padres, además de estresar a tu hijo.
¿A qué hora ir a buscarlos?
Si has decidido dejar a tus hijos solos en una fiesta de cumpleaños, deberás preguntar a los padres anfitriones con antelación cuándo puedes ir a recogerlo.
Es muy importante intercambiar los números de teléfono con los padres anfitriones y otros adultos supervisores en caso de que necesiten ponerse en contacto contigo para una emergencia o para cambiar la hora de recogida.
Esto también te dará una forma de comunicarte con tu hijo en caso de ser necesario.
Rabietas y otros problemas de conducta

Si tu hijo quiere irse temprano, o actúa con ansiedad o tiene rabietas, no es necesario sentirse mal. Por lo general es sólo el resultado natural de la sobreestimulación y la interacción social con muchos otros niños.
Deja claro a los padres anfitriones que, si estos comportamientos aparecen, no tengan reparos en llamarte. Si llegas puedes llamar aparte a tu hijo y esperar hasta que se calme. Esto les da a los anfitriones un descanso, mientras brindas a tu hijo lo que necesita sin arruinarle el día a nadie.
Si la rabieta todavía continúa, haz una reverencia con gracia y vete con el niño. Nadie te lo reprochará.
Algunas preguntas importantes
Si todavía tienes problemas para decidir si es buena idea dejar a tus hijos solos en una fiesta, intenta hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Qué tan bien conoces a la familia anfitriona?
- ¿Está tu hijo acostumbrado a esa casa? ¿O la fiesta se celebra en un lugar público? ¿Es un lugar seguro para los niños?
- ¿Cuál es el nivel de madurez de tu hijo?
- ¿Está tu hijo cómodo con la idea de que te vayas? ¿Te sientes cómodo dejando a tu hijo?
- Si tienes otros niños, ¿es factible o prudente traerlos para que se acompañen entre sí?
Hay una cosa más que debes hacer antes de que llegue ese día. Siéntate con tu pequeño para hablar de lo que se espera de ellos en esta fiesta cuando estén solos.
Háblale de cosas como el peligro de los extraños, los modales, la paciencia, los horarios de recogida, quién está a cargo, etc. Prepáralos para estar sin ti, pero no los bombardees con demasiadas reglas. Es una fiesta de cumpleaños, después de todo.