
Todos los padres nos preocupamos de que nuestros hijos crezcan sanos. Pero es innegable que también hacemos todo lo posible para quesean felices. La pregunta es: ¿cómo sabemos que nuestros esfuerzos están dando resultado?
No es fácil, sobre todo porque ningún niño se muestra feliz todo el tiempo. Por suerte, las investigaciones demuestran que hay algunas estrategias de crianza que producen niños más felices y bien adaptados.
Y puesto que los estudios demuestran que los niños más felices acaban convirtiéndose en adultos más realizados, merece la pena averiguar en qué punto del espectro de la felicidad se encuentra tu hijo.
Así que ahora te presento las formas en que puedes saber si tu hijo es realmente feliz, con base científica. Y de antemano te advierto que la felicidad tiene muy poco que ver con llenarlo de regalos a cada oportunidad.
Tu hijo tiene buenos amigos
Los estudios sugieren que la capacidad de establecer relaciones es un factor clave para vivir una vida buena y feliz. Las amistades enseñan a los niños la empatía y fomentan la amabilidad.
Las amistades de tu hijo también le permiten practicar las habilidades sociales que necesita para relacionarse con los demás en la escuela, el trabajo y prácticamente en cualquier otra situación de la vida.
¿Tiene tu hijo un compañero de juegos? ¿Se lleva bien con sus compañeros de clase? Fomentar una vida social sana ahora dará sus frutos más adelante.
Tu hijo sabe mirar el lado positivo de las cosas

El optimismo está tan estrechamente relacionado con la felicidad que ambos pueden prácticamente equipararse. Las cosas no siempre salen según lo previsto, y el comportamiento de tu hijo en estas circunstancias indica su visión de la vida.
Cuando las cosas parecen sombrías, ¿busca tu hijo el lado positivo? ¿trata de encontrar una forma de arreglar las cosas? Si no es así, anímalo a encontrar nuevas formas de lidiar con las decepciones de la vida.
Por eso hay que estar atento a señales como la autocompasión y los sentimientos de abatimiento, que indican infelicidad general en la vida. Mirar el lado positivo de las cosas es una señal de que tu hijo es realmente feliz.
Agradece las cosas buenas de la vida
Una investigación llevada a cabo en la Universidad de California descubrió que las personas que escribían con frecuencia sobre las cosas que agradecían de su vida eran más optimistas y se sentían mejor con respecto a su vida en general.
¿Qué pasa si el niño aún no sabe escribir para llevar este diario de gratitud? No pasa nada: recuérdale lo mucho que significan las pequeñas cosas de la vida ayudándole a disfrutar y agradecer todo, desde sentir el sol en la cara, una fruta, estar rodeado de la familia, o tener tiempo libre.
Se siente cómodo expresando sus emociones

Sí, incluso si son emociones negativas. Estar en contacto con tus sentimientos es lo que los expertos llaman inteligencia emocional, y es una parte bastante importante de ser una persona feliz.
Los niños infelices, o los que tienen problemas con su entorno, tienen miedo a ser juzgados. Y por ello, parecen cerrados y retraídos. Al ser capaz de conectar con los demás a través de las emociones tu pequeño podrá construir confianza en su identidad.
Tiene suficiente tiempo para jugar
Los niños sobrecargados de tareas escolares y actividades extraacadémicas suelen ser más infelices y estresados que aquellos que tienen más tiempo para el ocio. Una señal de tu hijo es realmente feliz es cuando tiene suficiente tiempo para jugar.
Según las investigaciones, el juego se asocia con la función cerebral, el aumento de la empatía, la mejora del rendimiento académico e incluso la reducción de las pesadillas. Así que, si el horario de tu hijo a veces no tiene nada, probablemente es algo positivo.