
Todo católico, y la mayoría de los cristianos, de seguro creen conocer la respuesta a la pregunta del título. Así lo relatan las escrituras:
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.». -Mateo 26:26-28
El evento descrito en Mateo 26:26-28 (también en Marcos 14:22-25 y Lucas 22:14-23) se conoce como la Última Cena. Fue la última comida de Jesús con sus discípulos antes de su crucifixión.
En esa comida, que era una comida de la Pascua judía, Jesús dio pan y vino -representando su cuerpo y sangre- a sus discípulos. Además, encargó a sus discípulos que lo hicieran en su memoria, es decir que replicaran este gesto al recordarlo.
Pero, aunque claramente este es el fundamento de la tradición, no explica totalmente el origen de la Primera Comunión como un rito de iniciación en la Eucaristía.
La cena del Señor entre los primeros cristianos

Los primeros cristianos celebraban el recuerdo de la Última Cena como una comida completa. En los siglos I y II d.C, los cristianos solían reunirse en una casa para una cena comunal, con el fin de conmemorar la Cena del Señor.
Y aunque estas comidas generalmente fomentaban el sentido de comunidad, a veces conducían a desacuerdos y discordia.
Las propias cartas de Pablo indican que algunos de los primeros cristianos aún practicaban las leyes judías de pureza en la mesa, mientras que otros transformaban la comida en un banquete grecorromano, con excesivo consumo de vino incluido.
Para el siglo III d.C. había dejado de ser un banquete y se había convertido en una pequeña comida ritualizada. Pero no existían normas que regulasen la participación de los nuevos miembros en la celebración de su fe, así que tampoco acá encontramos el origen de la Primera Comunión.
De una comida a un sacramento
Los abusos en la Cena del Señor fueron el factor para que la comunión se volviera más controlada y estructurada en la Iglesia Cristiana. La comunión se convirtió menos en una comida y más en un ritual.
El primer cambio, según algunas investigaciones arqueológicas, fue el cambio de la hora de reunión. Los cristianos comenzaron a reunirse por las mañanas para participar en un ritual ante un altar.
El creciente tamaño de la comunidad cristiana y el deseo de que todos los cristianos locales se reunieran, a menudo requería una estructura religiosa formal más grande que una casa.
La construcción de las primeras iglesias fue, muy posiblemente, el principal factor para que la Cena del Señor se convirtiese en una comida ritual, y eventualmente en un sacramento. Pero, aunque nos acercamos al origen de la Primera Comunión, aún falta un paso.
La Primera Comunión y el uso de la razón

La base de la legislación y costumbres vigentes en materia de Primera Comunión fue resuelta en el IV Concilio de Letrán (1215) y confirmada por el Concilio de Trento (1545-1563). Es acá cuando realmente podemos fechar el origen de la Primera Comunión.
Según sus disposiciones, los niños no pueden ser admitidos en la Sagrada Eucaristía hasta que hayan alcanzado el uso de la razón. Esto se define como la edad donde el niño puede discernir el bien del mal, y puede entender el significado de recibir la Eucaristía.
La mayoría de los teólogos concuerdan en que no puede fijarse una edad específica, pues depende de cada niño. Un signo que se tomaba como un indicio de esto, era que los niños observaban la misa con atención y devoción.
Hoy en día se acepta que cuando cumplen 7 años la mayoría de los niños pueden comenzar su preparación para la Primera Comunión. Aunque esto se trate más bien de una costumbre y no una regla.